La tecnología avanzada suele ir acompañada de procedimientos operativos más refinados, un control de calidad más estricto y métodos de prueba más eficientes. Estos factores actúan conjuntamente en el proceso de producción del producto, reduciendo el riesgo de problemas de seguridad desde la fuente. Al optimizar continuamente los procesos, las empresas pueden reducir los residuos de sustancias nocivas en las materias primas, mejorar la pureza y la estabilidad del producto y garantizar que los productos no supongan ningún daño para los consumidores durante su uso.